Otra mirada sobre la Peatonal Rivadavia



Por Jean Franzua Embalau

Encontramos lo que ya sabíamos que estábamos buscando. Solemos caminar la peatonal de manera programática.
Algunos en plan de compras, atenta la mirada a las vidrieras. Otros, más de paso que de paseo, puesta la atención en no llevarse por delante a aquellos que se detienen frente a las vidrieras. Todos miran pero nadie ve. En Rivadavia hay camino, no caminantes.
Su movimiento es dinámico y ese dinamismo, alienado. Avanzamos con la inercia de la masa, que es mucha y por lo general está apurada.
Los que pasamos rara vez por ella (porque preferimos las calles laterales, heterodoxos hasta en las cuestiones viales) advertimos sus pequeñas mutaciones: nuevos locales, nuevas marcas, nueva cartelería, nuevas promotoras… De ese tipo son las novedades que presenta Rivadavia, comerciales, publicitarias.
¿Existirá una forma de pensar y percibir Rivadavia en otros términos que no sean estos?
La cámara de Comercio de Quilmes calcula que entre 80000 y 90000 personas transitan por Rivadavia diariamente. ¿Alguno de esos caminantes habrá visto lo que yo si?
Hace ya algún tiempo que quería hablar sobre Rivadavia, desde otro lugar. Con una mirada novedosa, aguda. Que incluya lo cultural, lo histórico…no se me ocurría nada. Elegí ser práctico y modificar la mirada literalmente. Me apersoné en la peatonal en su intersección con la calle Sarmiento. Ansioso, inspiré hondo, inclinando mi cabeza hacia atrás para poder mirar hacia arriba. Eureka!: Otra mirada sobre Rivadavia.
Recorrí la peatonal de punta a punta, ida y vuelta, observando todo por encima de los comercios. Lo que sigue es lo que vi.
 Vi relojes tan viejos como el tiempo. Cúpulas tan añejas como la cúpula de la iglesia. Vi pequeños ángeles que sostienen la cultura y que son la cultura. Vi máscaras que nunca había visto y que nos ven pasar, vigilantes eternas de nuestros pasos. Vi tesoros arquitectónicos que deberían formar parte del patrimonio cultural histórico de nuestro distrito, para lo cual necesitaríamos antes una dirección o secretaría preocupada por el patrimonio histórico cultural Quilmeño.
Vi un cielo lleno de estrellas a las 4 de la tarde. Vi también un club ¡Un club en plena peatonal!
Vi lo que nunca había visto. Levanté la cabeza. Lo que no se debe comprar. Lo que no me querían vender.
Hasta luego


Nota de Cris Barba: Enviamos a nuestro cronista Jean Franzua, Don Emba para los amigos, a cubrir  La Noche de las Artes, acontecimiento cultural nocturno organizado por el Municipio de Quilmes que tuvo lugar el viernes ultimo pasado en la calle Rivadavia, entre la Casa de la Cultura y el Museo Víctor Roverano.
 Al parecer nuestro cronista llegó temprano a la cita. Su ansiedad artística lo llevo a entretenerse con los acontecimientos relatados en esta nota. Producto de sostener la mirada tanto tiempo dirigida hacia las alturas Embalau sufrió, según sus propias palabras, “una brutal tortícolis”, que le impidió cubrir la velada artística callejera. Pedimos perdón a nuestros lectores por semejante omisión.


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