El Capitán del Espacio y su modelo empresarial mezquino


  En Capital Federal hay kioscos que anuncian con carteles: " No vendemos Capitán del Espacio". Ese cartel es el resultado de una insistencia prolongada. -Buen día Don, ¿tiene Capitán del Espacio?. -No pibe, no tengo. No lo distribuyen por acá. Voy a poner un cartel para que no me inflen más las...
 El Capitán del Espacio es solicitado. Se lo busca y no precisamente por instalación publicitaria. Carece de inversión en publicidad. A eso se le dice "el antimarketing", es decir,  a no poner un mango. Funciona el "boca a boca".
 Funciona sencillamente porque se trata de un producto de calidad; exceptuando los alfajores Capitán de fruta (los que comen alfajores de fruta debe ser la misma gente capaz de comer una pizza con un pescado arriba, gente obscena de la cual hay que cuidarse) el blanco y el negro son exquisitos. Superados, si se me permite la subjetividad, por los Terrabusi, pero ahí nomás.
 El Capitán del Espacio es un producto de exportación, o potencialmente exportable sería mejor decir.
 Es potencialmente exportable pero no se consigue ni en Lanus...algunos Quilmeños observan en esa auto limitación una virtud. Algo así como "El Capitán no se vende", "no sigue la reglas del mercado", "es nuestro". Cierto cariño localista. Yo digo que puede crecer y que no hacerlo es una forma de mezquindad empresarial ¿Se puede decir eso de una empresa?
 Para los puristas del Capitán del Espacio (hay más de 100.000 seguidores en Facebook, que seguramente propondrán mi empalamiento en la plaza San Martín) decir esto es incurrir en herejía. A ellos les recuerdo una "agachada" en el mercado de lo dulce, que en su momento observé con buenos ojos: la aparición del Capitán del Espacio Triple. Esa diversificación del producto acomodándose a la tendencia del mercado parecía una buena señal. Fue su única innovación en más de 50 años de existencia. Tiene gusto a poco ¿verdad?
 Hay algo que se llama responsabilidad social empresarial. Debería formar parte de la misma invertir en el aumento de la producción cuando la demanda supera la oferta.
 El estancamiento de la producción por décadas (la sensación de una posibilidad que se pierde) no genera en mi motivo de orgullo, como si lo sienten muchos Quilmeños, por razones más emotivas que económicas, seguramente. Esas razones son válidas. A mi también me gustan los Capitán, me gusta que se hagan en Quilmes. Pero hace falta algo más que dulce de leche y localismo para que me ponga la camiseta de una empresa.
 

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