La resistencia del murete



La arquitectura suele ser pensada, clasificada y analizada a partir de parámetros estéticos o de practicidad en términos individuales. El aprovechamiento del espacio en función de los intereses del habitante puertas para adentro. Nadie construye su casa pensando en los vecinos. Sin embrago hay construcciones que intentan integrar las viviendas en función de lo social. Formas de pensar una casa integrada al barrio. Son ejemplo de esto muchos barrios de viviendas sociales construidos por el Estado o por Sindicatos, aunque en menor medida también los hay empresariales, como el famoso Barrio Villa Argentina del Parque Cervecero promovido por la Quilmes.
 En Ezpeleta hay varios ejemplos y variados. El que escribe tiene la dicha de vivir en uno de esos barrios: el Ferroviario. Allí, como en el Cervecero, todas las casas son la misma casa, aunque la prosperidad o la malaria de algunos vecinos les ha dado toques distintivos a cada una. Algunos edificaron para arriba, otros una cochera al costado, pero siguen conservando rasgos comunes que sospecho son beneficiosos para la convivencia en sociedad. Las casas como elementos igualadores.
 Las casas de mi barrio son de estilo Californiano, okey?, muy afines a los buenos tiempos Peronistas (Ciudad Evita está lleno de casas como la mía). Son casas con techo a teja color polvo de ladrillo, dispuesto a dos aguas, y se caracterizan por tener un jardín al frente.
  Me gusta pensar que ese jardín es semipúblico, sobre todo cuando salgo a levantar soretes de perros callejeros. Se pasa tiempo ahí, cortando pasto, barriendo, regando, charlando... Y finalmente, separando la vereda del jardín,  un muro pequeño (ver foto), ideal para sentarse a conversar.
 En este último tiempo de inseguridades este murete soporta ya no el peso del ojete de los vecinos sino unas horrendas rejas. El miedo nos fue encerrando. El barrio social parece un zoologico con tantas jaulas. Nadie construye su casa pensando en los vecinos. O casi nadie.

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