En este
blog venimos sosteniendo que la municipalización del servicio de recolección de
residuos es un logro en si mismo, independientemente de lo que con esa “herramienta”
pueda hacer la gestión de gobierno actual. Se trata, en resumidas cuentas (y de
cuentas se trata), de que el Municipio de Quilmes pueda administrar los
recursos que se destinan para brindar ese servicio: disponga de sus gastos, sus
políticas, su personal, su equipamiento, su diagrama y todos los etcéteras que
se le ocurran al respecto.
Cuando hablamos del Municipio de Quilmes
estamos hablando de esta gestión pero también de las futuras. A partir de hoy,
6 de mayo del 2014, todos los gobiernos que sean elegidos por el voto popular
podrán disponer de esos recursos como mejor les plazca, con una estructura
heredada, veremos luego en qué condiciones, siempre pronta a ser modificada y mejorada, día a día, mes a mes. Y no contrato a contrato
Esa es la virtud de la municipalización.
Por eso nos da tristeza que el bloque del
FAUNEN, a la hora de manifestarse públicamente en el concejo deliberante, haya
optado por la abstención, porque de ellos esperamos cuanti menos honestidad
intelectual. Es lamentable que su encono con el gobierno de Gutiérrez les
permita ir en contra de sus propias convicciones.
De los concejales
Villordistas-Massitas no me sorprende nada, porque de ellos no espero nada.
Las próximas gestiones tendrán la posibilidad
de decidir sobre el servicio de recolección como mejor les convenga e,
inclusive, hasta podrán volver a privatizarlo. Al respecto pensaba en lo difícil
que fue municipalizar, en todo lo que ha costado (votos ha costado) y lo fácil
que sería entregárselo nuevamente a una empresa privada. Licitación pública,
presentación de pliegos, millonaria transferencia de dinero sin control público
posible (el que te dice que puede desde un estado municipal controlar cómo se
gasta cada centavo de una administración privada te miente) pim, pam, pum…
listo. Es así el juego y si la próxima gestión, distinta a la actual, decide
privatizar, no hay manera de evitarlo. Construir es más difícil que destruir.
¿No hay manera de evitarlo?
Bueno, para tratar de evitarlo, por lo pronto,
se me ocurre que una manifestación política en bloque a favor de una ordenanza
que declara la municipalización era un buen comienzo. Dejar en claro que a la
dirigencia política que representa a los Quilmeños no le da lo mismo un
servicio municipal que uno privado. El FAUNEN se abstuvo.
“Que la
historia me juzgue” dijo un presidenciable de ese espacio. Así será.
La mayoría del concejo deliberante votó a
favor. 15 votos, oficialistas y opositores. A esos concejales les envío mis
respetos.
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