NACE UNA OPCIÓN NO PEJOTISTA:
FRENTE AMPLIO UNEN http://t.co/cUJVncJeKU
— Mario sahagun (@SahagunMario) abril 23, 2014
Esto de identificarse por lo que uno no es… no
es nuevo en política, mucho menos para el radicalismo o cualquiera de los
satélites que componen sus alianzas electorales. A veces pareciera que para ser
Radical (o del flamante Frente Amplio Unen) primero hay que ser No Peronista, o
no pejotista, como destaca en el tuit que ilustra el posteo el ex concejal Sahagún.
Si el Frente Amplio Unen será eso que está en
contra del Peronismo, y esa será su única razón de ser, su único electorado a
interpelar, su carta de presentación, está por verse.
Pero no es Sahagún el único dirigente de este
espacio que suele machacar con esa caracterización antipejota, sino que se
trata de un discurso tan extendido en la dirigencia panradical, que me
quede pensando los motivos. Bueno, que no les gusta el PJ es claro. Pero pretendo
ir más allá y analizar la efectividad de ese discurso, que está dirigido exclusivamente a un electorado
que podríamos denominar “contrera”, con cariño, en la provincia de Buenos
Aires. Porque en la capital o en Santa Fe, es probable que tenga mayor raigambre
en los votantes, aunque no estoy seguro. Pero aquí….
En la provincia de buenos aires el eje central
que divide las aguas electorales no parece ser el Peronismo/antiperonismo. En
las últimas elecciones legislativas (octubre del 2013, o sea, ayer) se impuso como
primera fuerza electoral un espacio que se define y articula como Peronista,
nos guste o no: el Massismo. El Kirchnerismo, que salió segundo, también
presenta esa misma identidad. Entre los dos acumularon cerca del 80 % de los
votos, que es lo mismo que decir que 8 de cada 10 bonaerenses votaron opciones
filoperonistas.
En Quilmes la situación se agrava para los que
sostienen la dicotomía peronismo-antiperonismo como forma de construcción
identitaria. Las 3 primeras fuerzas de octubre fueron el Frente Renovador, el
Frente Para la Victoria
y Juntos por Quilmes, en ese orden, todas ellas con una fuerte identificación
con el Peronismo, con sus respectivos matices, claro está. Recién cuarto
aparece el Frente Progresista Cívico y Social.
Creo que se trata de fundamentos contundentes.
No pareciera entonces existir una intención
del electorado bonaerense por quitar al peronismo de la discusión, y si nos
guiamos exclusivamente por los resultados electorales más bien pareciera suceder
lo contrario.
Esto que se presenta como un escenario
pesimista para el FAUNEN, no lo es tanto. En lo personal creo que ya no ocurre
esto de votar por opciones peronistas o anti peronistas de un modo masivo. Aunque
insistimos: en los hechos, cuando se cuentan los porotos, arrasan las opciones peronistas.
No parece ser el Peronismo una identidad que
aleje al votante de la provincia per sé. No parece tampoco que el electorado se
vuelque masivamente a votar a partir de la dicotomía peronismo-antiperonismo. Eso
sucedía en otros tiempos y en todo caso el votante "gorila", con cariño, vota siempre
radicalismo y afines, es decir: ese electorado ya les es propio.
Entonces ¿A qué insistir con esa identificación
a partir de demostrar lo anti peronista que uno es?
Creo que el error consiste en confundir el eje
peronismo/antiperonismo, que como señalamos, en otras épocas puede haber sido
el ordenador de la política Nacional, con el eje oficialismo/oposición. Este último
si es divisor de aguas de un modo contundente. Hay un buen número de personas
dispuestas a votar al oficialismo y un buen número de votantes anti-oficialistas.
Se me dirá que posicionarse como la contracara
del PJ le permite al FAUNEN, al mismo tiempo, diferenciarse tanto del peronismo
oficialista (Kirchnerismo) como del opositor (Massismo). Es cierto. Pero lo que
estoy diciendo es que esa diferenciación no tiene eco en el electorado, no pesa
y no se traduce masivamente en votos, por lo menos no en este contexto.
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