Lo que se pone en juego en Quilmes es, en lo concreto y no en lo simbólico, la conducción del concejo deliberante, es decir, la distribución de las presidencias y las comisiones, que definen el funcionamiento del Honorable Concejo.
La
humilde opinión de este cronista supone que para asegurarse dicha conducción
los espacios políticos deben adjudicarse dos méritos, a saber.
1- ganar
la elección
2- poseer
el bloque con mayor número de concejales.
El sentido común indica que si un espacio político
gana la elección y conforma un bloque con un número de concejales mayor al de cualquiera
de los otros bloques, no queda mucho para discutir: es ese espacio (con mayoría popular)
y no otro el que debe conducir el concejo.
Pero el sentido común no es garantía de nada. Luego
de ganar las últimas elecciones legislativas (del 2009) el Frente Para la Victoria fue víctima de
una oposición que, abroquelada sin que nadie se espante y habiendo perdido las
elecciones, pretendió quedarse con la conducción del Concejo, nombrando como
presidente a Mario Sahagun.
El resultado de esa usurpación devino en una
parálisis del funcionamiento del concejo deliberante que duró más de 4 meses, y
que finalmente se destrabó por el cambio de postura del bloque PRO. Es en ese
contexto de, como decirlo, ¿avasallamiento institucional les gusta,
republicanos? en el que nace una alianza con José Maria Salustio (pro), que
culmina con su nombramiento como defensor del pueblo de Quilmes. (Yo ya dije en
este blog que al defensor del pueblo de quilmes debería elegirlo el pueblo de
Quilmes)
Pero volvamos al hoy y a los dos puntos en
cuestión.
Es probable que Gutiérrez gane la elección en
Quilmes, pero eso no podemos asegurarlo. Si se descuenta que el oficialismo
constituya el bloque mayoritario en el concejo deliberante. Permanecen 5
concejales oficialistas que no renuevan, son: Dubroca, Stolzing, Aranda, Sánchez
y Migliachio (actual presidente).
Ninguna fuerza política de la
oposición esta en condiciones de obtener un bloque de más de 5 concejales. Ninguna.
A este bloque oficialista debe sumársele
los concejales que ingresen por la lista de Gutiérrez luego de la próxima
elección. ¿4,5? Veremos.
Una última reflexión. Hay tres aliados
(actuales, nunca se sabe) que no renuevan banca en estas elecciones: Silvera,
Susy Paz y Dángelo. Si el Gutierrismo repite la elección del 2009 y obtiene 5
concejales y a su vez conserva dichas alianzas, este posteo sobre la composición
futura de la conducción del concejo deliberante se convierte en un escrito
banal: el oficialismo sumaría 13 concejales, es decir, el quórum propio.
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