Te cuento una canción

15, Suficiente para sufrir de Leo Mattioli

Alguien va pasando por una plaza y observa una chica llorando. Se le acerca e interroga con prudente distancia: "¿Qué esconde su llanto?/¿Qué motivo es que tanto (sic) la entristeció?" Ella cuenta que se enamoró de un tipo, y que no sabe como es, el tipo, el amor si sabe porque descubrió que puede doler. Llora. No sabe como es el tipo, pero lo vio en la tele, escucha sus canciones y agrega un dato estupendo: "En mi carpeta está su nombre"
Paremos un poco. "En mi carpeta está su nombre"... Creo que una forma certera para conocer a un estudiante, o a una persona que estudia, es mirarle la carpeta. Pero no las hojas, más bien las tapas. Ahí escribíamos quienes fuimos. La mía tenía, entre muchos garabatos, un nombre, que se lo hice escribir a Ella, para que no sospeche - ¿che, me firmás la carpeta? - para tenerla ahí, siempre, qué se yo. Cosas que uno hacía de adolescente. Cosas importantes.
Un nombre en una carpeta, un dibujo, alguna foto, recortes de revistas, nombres de bandas de rock, lo explicaban todo. Tapas de carpeta como pasquines de nuestra identidad. Esas tapas decían más de nosotros que las notas de nuestros boletines o la cantidad de amonestaciones que los preceptores nos aplicaban.
Nunca escribí, en esas tapas, el nombre de un político. Eso no solo habla de quién fui, sino que también describe una época, vacía de contenido. Cursé el secundario en los noventa. Hoy pegaría la foto de varios políticos.
Pero volvamos a la canción. ¿Dónde estábamos? Ya sé, falta el desenlace. El que pasaba dice conocer bien a ese hombre y advierte: "no conviene sufrir así". Es ahí donde ella se incorpora, enojada. Esas cosas no se dicen cuando uno está moqueando, uno sufre o no, independientemente de las conveniencias del caso. Pero mucho menos las dice un cualquiera que viene paseando por una plaza. Entonces lo mira al tipo como para decirle "andá a cagar bolu... y lo ve: es El, el nombre en la carpeta!.
Y se calmó un poquito cuando le dijo ay amor.

Mattioli canta una canción en la que se revela al final que el protagonista es el mismo. Intenté buscar antecedentes al respecto en el cancionero nacional y popular. Fue en vano. La literatura si utiliza ese recurso artístico. Pero lo que quiero decir es lo que sigue, en negritas. 


 Mattioli se puso en la carpeta de una chica porque entendió que todos, en algún momento, aspiramos a estar en ese lugar

Un video de unos locos y la letra al final.



15, SUFICIENTE PARA SUFRIR

Iba por una plaza pasando,
la vi sentada llorando y me acerqué
le pregunté que esconde su llanto
que motivo es que tanto la entristeció

Señor yo me enamoré
de alguien que no se como es
solo escucho sus canciones,
lo veo en la televisión
y en mi carpeta esta su nombre
le pregunte niña que edad tienes,
dijo con 15 suficiente para amar así

Le conté que yo conozco bien
a ese hombre y no conviene sufrir así
enojada se paró, me miró y se sorprendió

Que ese hombre era yo,
el que con una canción entro en su corazón
iba por una plaza pasando,
la vi sentada llorando y sin saber me acerqué
y se calmo un poquito cuando le dije... ay amor!

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