Escribí “Daño colateral” dos
o tres posteos abajo de este. Temporalmente no recuerdo exactamente cuando pero fue bastante antes
de las últimas elecciones.
En resumen, hablaba en ese posteo sobre la
división local del peronismo, división que se explicaba (básicamente) en la aspiración
de los compañeros a hacerse del poder, los unos, y de conservarlo los otros; y
de las consecuencias electorales que esa disputa podía acarrear.
Leanlon.
Leanlon.
El desenlace electoral lo conocemos: hubo internas, ganó Gutierrez, se armó la lista de concejales unificada y todo el peronismo se mostró unido…cuando las papas quemaban. Perdimos.
La
Nación, la
Provincia y el Municipio perdimos. Feo
No estoy
diciendo (ni mucho menos) que esa
disputa fuera la razón principal de la derrota local. Si diré que la posterior demostración
de unidad fue tardía y forzada, por el encono que todos los espacios se profesaron
entre si durante demasiados años y, por ende, una unión que no sirvió para sumar votos, que
es lo que hay que sumar.
Y ejemplifiqué en esa nota algunos casos de peronismo opositor al peronismo oficial, pero solo
uno con nombre y apellido: el del ex concejal Filareti. Transcribo
“el concejal Filareti, probablemente el mejor
cuadro político de toda nuestra ciudad - Ezpeleta - viene trabajando de
opositor desde hace prácticamente una década ganada. Ese pesimismo es insalubre
en tiempos felices y merece una estatua”
Bueno, no
le han construido una estatua. Pero hoy leemos en el blog de el termómetro
sobre cambios en el gabinete local. Transcribo:
"Por otra parte se crea la Unidad Ejecutora
de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos, esto es la recolección de
residuos que hasta hoy era una Subsecretaría, dependiente de la Secretaria de Servicios
Públicos; ahora tendrá autonomía y continuará a cargo de Oscar García. Pero el
dato llamativo es quién será el segundo de García; llegará al gabinete de
Molina, el ex concejal del FPV, Gustavo Filareti"
La gente cambia. Cambiemos
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