Cosita


Los 80000 votos de Daniel Gurzi en el 2011. Ese es el dato de la realidad que las fuerzas políticas que componen el gobierno local no supieron, no quisieron, o se arriesgaron a ignorar. Un electorado (importantísimo, fíjense que en las primarias de Agosto ninguna fuerza política alcanzó ese número) del FPV que no votaba al Intendente a nivel local. Nunca importó el por qué.
 La lectura en esos tiempos, quizás inevitable por parte del oficialismo, fue que Gutiérrez se constituía como el primer Intendente reelecto de la Democracia. Todo un logro. ¿Logro exclusivamente de la gestión local o del FPV? Tampoco se contestó esa pregunta ¿Qué importaba? Ganamos.
Tranquilidad en el concejo deliberante, con los propios y algún saltimbanqui, que siempre los hay (los hay en todos los espacios políticos. Hoy parece estar de moda promocionar que son los peronistas, únicamente, los que salen “corriendo hacia el futuro”. El concejo deliberante de Quilmes es un ejemplo de que los “reagrupamientos” no son exclusivos de una sola fuerza política. Más bien lo contrario)
No hace falta sumar a nadie. Con los nuestros (y los reagrupados en el concejo) alcanza.
 Esa fue la apuesta. La apuesta de no posicionar a Gutiérrez como el conductor exclusivo y excluyente del FPV a nivel local. Las posibilidades fácticas de esa construcción se verificaron en el 2009. Ahí nadie comió vidrio.
La histórica dispersión del Peronismo Quilmeño... no se solucionó con la reelección.
Y probablemente nos gane Villordo, con un periodista deportivo a la cabeza y una murga como lista. Todos impresentables.

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