Vamos a hablar de la ropa que usa el intendente. De modas y (in)tendencias del funcionario encargado del ejecutivo local. Si, en serio. ¿O acaso no se puede?
Francisco Gutiérrez, además de
ser Intendente de Quilmes, es el representante de la seccional Sur del
Sindicato de la UOM,
lo cual debe ser tenido en cuenta a la hora de analizar su vestuario. El Sindicalismo
tiende a la camisa, preferentemente manga corta, y el Intendente conserva ese estilo. Algún chaleco también suele lucir y camperas de cuero a tono con la lucha gremial, pero en menor
medida.
No le escapa al traje, cuando amerita la ocasión. A la iglesia va
de traje. A Casa Rosada también, por ejemplo. Claro, no va a ir de chancletas y
morral.
No se si el sector de Protocolo y Ceremonial de la municipalidad
tiene injerencia en el vestuario del mandatario o si alguien lo asesora. Sospecho que no. El
Intendente parece ser de esos señores que no se dejan vestir por nadie, ni
siquiera por su mujer, por muy candidata a Diputada Provincial que esta sea.
Tampoco parece darle al vestuario una importancia desmedida. En ese sentido combinar
colores es su talón de Aquiles. Pero en lineas generales es prolijo.
Vivimos en tiempos en
los que la imagen tiene "peso".
Ahora, nos queremos detener
puntualmente en algo que nos llamó la atención particularmente durante este
invierno. El Intendente sumó a su vestuario, de modo sistemático, un accesorio:
el Intendente se puso bufanda. Muchas bufandas. (ver fotos)
¿Serán estas bufandas una versión moderada del poncho de
Ishii? (el poncho de Ishii es lo más polémico que vi en política en toda mi
vida); ¿será mera coquetería o una estrategia de instalación de imagen mediante la identificación con
un accesorio de vestuario? ¿O simplemente el Intendente tiene frío?
Llama la atención la
variedad de colores, los diferentes largos y los más diversos materiales de las
bufandas de Gutiérrez. La cantidad es sorprendente. Nadie tiene tantos echarpes. Nadie, que no tenga un
canje con una fábrica de bufandas o una abuela de esas que tejen todo el día.
El verano, y antes la primavera, irán despejando estas dudas.
El mejor saco de Gutierrez: Cuadrille verdecito. Arriesgado, pero con onda.
Notese como Insaurralde, también Intendente de la 3ra pero de otra generación (y candidato a Diputado Nacional, es decir, con plata para bancar asesores de vestuario) ya mete pantalón chupín a lo Tinelli. No me gustan esos pantalones. Los hombres no usamos calzas
Lo peor
El Saco azul. Un clásico del vestuario de Gutiérrez, que se anima a los colores pero a veces se excede. Hay una canción de los Fabulosos Cadillacs que se llama así, Saco Azul.
Invierno de saco azul, nadie te va recordar
pero dentro de mi siempre te vas a quedar
siempre conmigo vas a estar.
Mano gigante Dios, tu mano enseñaba vivir
quiero tu saco azul y volver a ser como fuí
volver a casa y verte allí.
El mundo va a caer, va a desaparecer
(tengo tu saco azul)
No voy a llorarte más, voy a seguirte hasta el sol
ni voy a soñar con vos, voy a usar tu corazón de león
yo voy a usar tu corazón.
No queda nada aquí, ya no hay nada que cuidar
solo es tu pecho Dios, que empuja como las olas del mar
siempre conmigo vas a estar.
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