Injusticias

El oficialismo no tiene mayoría propia para aprobar ordenanzas en el Concejo Deliberante. Para alcanzar ese número debe negociar con los representantes que ocupan las otras bancas para llegar a acuerdos que permitan, en resumidas cuentas, que el Concejo Deliberante funcione. Ese gesto de ejercicio plenamente democrático tiene costos en el análisis periodístico y político. Cualquier acompañamiento de un sector de la bancada opositora a un proyecto oficialista (cualquiera sea, no importa qué se vota) es considerado una traición, a la patria, a las convicciones y a su propio electorado. Ser opositor sería oponerse inclusive a los proyectos que uno comparte. Oponerse a todo lo que propone el oficialismo, que ya se sabe, es malo y perverso...
 Esa concepción aniñada de la política que reduce la participación política en dos sectores, buenos y malos (léase oposición y oficialismo) ha cometido una injusticia con el concejal Gaudio, que prácticamente no ha votado ninguna iniciativa con el oficialismo. Pero si ha incurrido en la irresponsable actitud de formar parte de la apertura de sesiones ordinarias del concejo deliberante, es decir, la irresponsable actitud de cumplir con su trabajo.
 Para esta misma forma de analizar la política, que un concejal Peronista (y Cristiano) vote sistemáticamente con representantes del Panradicalismo no supone una incoherencia, no tiene costo, es natural y no merece adjetivarse despectivamente. Eso es hacer patria. 
 O todo es digno de adjetivación peyorativa o nada lo es. Que de lo que se trata es de ponerse de acuerdo, primero, con uno mismo.

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