Lo desopilante para mí es que se opine masivamente sobre cuestiones tan
técnicas, como ocurrió acá con la cuestión tributaria de la 125. Porque para
formarse una opinión sobre determinadas cosas tenés que ser un especialista o
estudiar un poco el asunto, sino sos un reaccionario vomitando estupideces a los
cuatro vientos.
“Cualquiera que lea los periódicos online, o publicaciones
virtuales, se habrá encontrado con los repugnantes cometarios de los lectores.
Clarín no necesita de comentarios porque están envenenando la opinión desde las
tapas del diario, pero los comentarios ‘espontáneos’ de Crítica son tan
reaccionarios como los de La Nación. Y no puede considerarse una minoría
microscópica al grueso de los internados online, con sus reacciones contra
Maradona, León Gieco o Hebe de Bonafini. Son un lamentable cuadro de situación
protofascista en el encefalograma diestro del pueblo opinador, que tiene muy
poca memoria y una capacidad de análisis que no podría competir con la de un
chimpancé.”
La última trampa de la progresía es no ser progresista, difrazarse con algun
cliche “anti-algo” y participar en el coro ultraconservador... ¡a veces sin
darse cuenta!
La nota de Radar, completa, acá
Saludos Andrea
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